Tinariwen: El Poder del Blues del Sahara (crítica de concierto)

2.1.2018 by Engin Altunlu

Mas que una banda, Tinariwen cuentan la historia de su gente y su situación política. Su música, al igual que su cultura, no tiene fronteras.

Formados entre los Tuareg del Sahara, por la banda han pasado miembros de Mali, Libia y Algeria. Su música fusiona influencias de la música tradicional Tuareg con música de Malia y otros estilos del oeste de Africa y la región de Sahel. Pero también demuestra una cierta influencia del blues americano, del reggae y otros estilos occidentales.

Tinariwen se hicieron internacionalmente conocidos alrededor del año 2000 al sacar su primer álbum The Radio Tisdas Sessions y al actuar en grandes festivales africanos y europeos. La banda ganó los 54º premios Grammy en la categoría de Mejor Álbum de Música del Mundo por su álbum Tasilli.

El equipo de Bbop tuvo una vista privilegiada de su concierto en la BAM en Metz (Francia).

Su fundador Ibrahim Ag Alhabib no suele tocar con el grupo últimamente, pero en esta ocasión él y su exótica voz estuvieron presentes en el escenario durante la mayor parte del concierto.

Ver al bajista Eyadou Ag Lech es hipnótico. Tiene una técnica muy interesante y es un músico con mucho ritmo y riffs simples pero eficientes. Con un sonido blues en las guitarras y unos buenos acordes acompañando la base, Tinariwen nos transportaron a un mundo diferente. ¡No hacía falta pensar, tan solo sentir las buenas vibraciones y bailar!

El recinto estaba completamente lleno con gente de todas las edades, bailando o mirando el show hipnotizados. Otra vez más, vimos como el poder de la música nos reúne a todos en armonía, incluso si proviene de una cultura completamente diferente, de otro continente y en un idioma que no entendemos. Las vibraciones y emociones crearon una verdadera conexión entre los presentes.

Si aún no conoces a Tinariwen esperamos que este artículo te ayude a descubrir algo nuevo. ¡Comprueba las fechas de sus tours y no te los pierdas si tocan cerca de ti!

Gracias a la organización de La BAM, y especialmente a nuestra fotógrafa Wendy Develotte.